Tarde

Corría el año 2001, creo recordar. Vivía en el barrio de flores. Por aquel entonces era un joven y prometedor estudiante que trabajaba a diario en cierta empresa la cual prefiero mantener en el anonimato.
Cierta mañana no escuche el despertador. Abro un ojo, 9:32 am... En el trabajo me esperaban a las 8:00 como de costumbre. Haciendo uso de toda mi capacidad acrobática, salto de la cama pego un doble mortal en el aire y aterrizo en el baño, me lavo los dientes con la corbata al tiempo que trato de anudarme el cepillo de dientes al cuello de la camisa. Ya vestido salgo cual correcaminos a la parada del bondi. Por esas casualidades de la vida, el colectivo me está esperando en el semáforo. Con el objetivo acelerar un poco más, rumbo al centro de la city porteña, decido bajar en Primera Junta, tomar el subte A y combinarlo con el C. Salto al andén con el subte todavía en movimiento, empiezo a correr y pienso "ya llego, ya llego 5 minutos mas..."
En ese momento crucial, mi vida tomo un giro que hasta el día de hoy no he podido revertir. Vi un kiosquito, nada en especial, simplemente un kiosquito. Me paro en seco, la camisa completamente transpirada. Entro, compro una coca de vidrio y 2 guaymallen por la módica suma de un peso. Me cruzo a la plaza, plaza San Martín, me siento en un banco a la sombra de un jacarandá a disfrutar de mi merecido desayuno y pienso, nuevamente, "que mierda cambia llegar una hora y media tarde... O DOS". Termine mi coca con los alfajores, y muy tranquilo camine el trecho que quedaba entre mi banco y el trabajo.
Nunca más llegue temprano al laburo.

(True Story!!)

Dos Cortitas

Debido a reiterados encuentros cercanos del primer tipo con cierta señorita, todo tipo de trabajos manuales quedan suspendidos hasta nuevo aviso. Sepan disculpar las molestias.

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Confesión: Luego de un largo e intenso estudio de mercado, me decidí por usar desodorante Dove.

No sé que más querés de mí.

Te dedico un montón de tiempo. Dejo de ver a mí amigos por vos. No voy a los partidos del sábado por quedarnos, solos, toda la mañana. Por vos me preocupo tanto que he dejado de dormir más de una noche.
Y así me pagas? Esto es lo que merezco, esto es lo que realmente valgo para vos? 56!? Examen del orto.

Poco más de 6 meses y contando.

A lo largo de estos pocos pero intensos años a de mi vida adulta he pasado por varios trabajos. No escapa a mi atención el siguiente detalle, acerca de cómo la historia se repite, una vez más.
Trabajo nuevo, ambiente nuevo, conocer a las personas que lo componen, entender la dinámica de la empresa, conocer las distintas jerarquías, apreciar ventajas y tratar de salvar las desventajas.
Pero inevitablemente en todos y en cada uno siempre termina pasándome lo mismo: empiezan los retos, las criticas, las llamadas de atención, las cosas que no se hacen bien , y por sobre todo las cosas que deberían hacerse de otra manera...
Esto ya se venía venir hace rato, y paso hoy. Era hora de que tenga una larga charla con mi jefe para terminar de decirle que todo funciona como el reverendo orto. No entiendo cómo es que todos mis jefes se hayan sometido a semejante maltrato.

Plenamente Identificado

Por estos días me encuentro a punto de rendir un examen por demás complicado. Es por eso que junto a un amigo nos hemos refugiado en el bunker, entiéndase mi casa, con el objetivo de poder estudiar intensa y tranquilamente. Ayer luego de de las matutinas clases, como ya es costumbre vinimos para el bunker. Al llegar mi amigo confiesa sentirse cansado y decide tomar una siesta. Mientras tanto, decido ganar algo de tiempo, lavo los platos, pongo algo de ropa a lavar, ordeno un poco mi pieza, en cual cabe destacar ya no era posible distinguir entre la ropa limpia, la sucia… las sabanas o las cortinas. Terminados los quehaceres domésticos, preparo dos cafés y despierto a mi amigo:
“Vamos, arriba, ya te preparé café”… En ese preciso instante compreni por vez primera, y sentí en carne propia, como ha de sentirse la gran mayoría de la población femenina casada o que vive en pareja.

Un Día Típico

Ir a clases, al trabajo, y por ultimo devuelta a casa. Barrer, hacer la cama, limpiar los platos sucios, lavar la ropa, colgarla, doblarla, ver alguna buena serie en la compu (optativo), hablar con amigos por teléfono, con tu viejos, MSN, ICQ, Skype, revisar Facebook, leer los diarios, revisar mail, bañarme…
Estas son algunas de las tantas tareas imprescindibles que obligatoriamente hay que realizar, antes de finalmente poder sentarse a estudiar.
Es una pena que para entonces ya sean más de las 12 de la noche y el día haya terminado… estudio mañana.

Paradojas

Dentro del pequeño pero rico círculo de amigos que poseo, se encuentra uno en particular por el cual profeso un afecto por demás especial. Junto a él solemos conversar y debatir sobre los temas más diversos que el ser humano pueda concebir: artes, ciencia, política, por nombrar algunos. Durante el transcurso de nuestra última charla quedé completamente enceguecido debido al brillo e intensidad producto de su Intelecto. Mi devoto amigo ha dado a luz una nueva paradoja. Me arriesgo al decir que esta última es comprable, en cuanto a genialidad respecta, a la famosa “Paradoja de los Gemelos” de Albert Einstein (Premio Nobel de Física en 1921).
Y cito: "…tengo que contarte algo que me tiene muy mal, mi amante me está engañando. Creo que se acuesta con otro."

Te pasaste Basto.

Paradoja de los gemelos – Einstein: